La economía requiere coherencia y no parches #Venezuela @DoublePlusUT

Desde Caracas.- Como siempre, toda política económica se monta sobre objetivos no económicos. Los objetivos de este régimen son desarraigar al venezolano de todo aquello que lo ha constituido, destruir sus hitos identificatorios y que deje de aspirar lo que hace humano a todo ser humano: un proyecto de vida propio. Por eso el deseo de cambiar desde los símbolos patrios hasta el huso horario. Por eso el empleo de recursos religiosos para exacerbar el fanatismo y anular todo pensamiento autónomo. De esta manera, sin criterio económico, distribuyó irresponsablemente lo que consideró necesario para mantener convencida a una mayoría llena de buena fe. Para esto contó con casi 2 millones de millones de dólares bien verdes y todopoderosos. La cifra, que hemos evaluado en otras entregas, es enorme.

Por si fuera poco, añada usted el poder incondicional sobre todas las instituciones y tendrá allí lo que ha controlado este régimen por 16 años. Entonces, ¿cómo condujo este enorme poder económico, político, social, ideológico y simbólico? Es aquí donde aparece el discurso por el socialismo del siglo XXI, en realidad una masa amorfa de neolenguaje e ideología, financiada con muchos dólares gastados en publicidad. Usted no va a encontrar nada firme sobre este socialismo: es y no es marxista, es y no es cristiano, es y no es evangélico. Como, precisamente, en todo es y no es, navega de la forma más irresponsable justificándose en todo y sin explicar nada. Es anticapitalista cuando le conviene y somete a los buhoneros cuando le parece que comienzan a pensar con cabeza propia.

Sin embargo, con la economía no valen los discursos, por la sencilla razón de que siempre aparecen los resultados. Aparecen de decidir y de no decidir, de actuar y de no actuar; y los resultados del régimen están ahí. Después de una falsa luna de miel de supuesta reducción de la pobreza, llegó el 2013 y el salario mínimo cayó de $513 a $61 mensuales. Desde entonces, la economía no ha hecho sino implosionar. Cuando desde julio de 2014 los precios petroleros finalmente se derrumbaron, la ruina y el caos han cubierto a toda Venezuela. La verdad es que la política económica del régimen consistió en gastar y gastar; y cuando el petróleo no fue suficiente, seguir gastando aunque para eso tuviera que endeudarse y fabricar billetes. Por eso la inflación es la mayor del mundo. Por eso la devaluación y por eso, finalmente, tampoco hay ya suficientes dólares para financiar la estafa.

El régimen desprecia la economía: quiere imponerla como si se tratara de un cuartel. Algunos economistas deseosos de cargos o contratos se empeñan en “hacerle la tarea”, recomendando qué hacer aquí o allá, cómo correr la arruga, sin advertir que, sin importar lo que haga, un gobierno así fracasará simplemente porque es imposible ser coherente y autoritario a la vez, así ninguna economía puede prosperar. Negar la democracia con esquemas fanáticos y fracasados no es una simple falla de “política económica”: es un problema de fondo que requiere algo más que parches “expertos”, afortunadamente...

Miguel Aponte
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