Alberto Adriani y los ingresos petroleros (Venezuela)

Hoy, 10 de agosto de 2016, se conmemora el 80 aniversario del fallecimientodel Dr. Alberto Adriani.

El Dr. Alberto Adriani irrumpe con fuerza en la Política Económica de Venezuela a partir del mes de abril de 1936. Residenciado en Europa (1921 – 1931), cuando regresa a su patria decide residenciarse en el estado Mérida, donde había nacido en 1898.Allí se dedica a apoyar a su familia en las labores del campo, a estudiar in situ la Venezuela que durante más de una década sólo conocía por referencias. Una densa correspondencia con intelectuales y políticos venezolanos habían nutrido las vivencias de su terruño, de su patria, a profundizar sus conocimientos sobre lo que acontecía en materia petrolera en el país. Había adquirido conocimientos sobre la ciencia económica que no poseía, hasta ese momento, ningún venezolano y, aunque había servido a la nación todos esos años en el servicio diplomático, destinó los mismos a forjar profundos conocimientos en economía. Sólo que su fuerte era la política agrícola, y en esa materia centró lo principal de su producción intelectual.

Desde su arribo a Venezuela no le da descanso a su labor intelectual. Lee, indaga y escribe incesantemente. Se dirige recurrentemente a los altos funcionarios del gobierno de Gómez responsables de dirigir la Política Económica permitiéndose el hacerles sugerencias, recomendaciones, fungiendo como asesor a la distancia y hasta proponiendo directrices en la conducción de asuntos de alto interés en los campos de las políticas agraria, ganadera, cafetera, inmigratoria, de vialidad, cambiaria, fiscal, aduanera, petrolera; en fin, en un amplio espectro de la Economía Política Venezolana.

Del libro "Labor venezolanista, Venezuela, la crisis y los cambios", 6ª. Edición de 1997, obra de su autoría, se rescata lo medular de su pensamiento económico. En el prólogo de esa obra, el escritor venezolano Mariano Picón Salas, su compañero de estudios en su ciudad natal y en los últimos años de su vida, refiriéndose a la Venezuela que encontró Adriani a su regreso de Europa y a las difíciles circunstancias que atravesaba el país, escribe sobre su amigo, a tan sólo tres meses de éste haber asumido su cargo de Ministro de Hacienda:

"…yo veía que sobre la rutina que nos oxidó tanto tiempo, algo empezaba a hacerse. Los hombres como él tomaban a Venezuela como una hacienda arruinada por cuyos campos pasó la desolación, la imprevisión, el pillaje. La casa es buena y extensa, solía decirme…Somos todavía un poco bárbaros y eso nos salva de la corrupción definitiva. En esta extensión del Orinoco a los Andes, es preciso comenzar a contar y medir. Nos dicen que somos ricos, pero la riqueza sólo tiene valor en cuanto puede intercambiarse con los hombres; en cuanto es una fuerza activa y dinámica, capaz de desplazar las energías humanas…" (Adriani, 1997: 33).

No fue Adriani propulsor de una política petrolera definida. Sus opiniones en torno al tema petrolero no pueden calificarse, en este campo específico, de apoyo a un desarrollo por parte del Estado más allá que del aprovechamiento de los ingresos que generaba estaba industria para impulsar las actividades agropecuarias, agroindustriales e industriales en general. Uno de sus numerosos biógrafos, el Dr. Miguel Szinetár Gabaldón, realizó un prolijo trabajo compilador de la obra del Dr. Adriani en su Tesis Doctoral: El Proyecto de Cambio Social de Alberto Adriani, 1914 – 1936. De esa obra se rescata parte del material utilizado en el presente estudio (Szinetár Gabaldón, 1998).

Sirvan, a manera de ilustración, algunos de sus rasgos biográficos. Había nacido y bautizado luego como Alberto Rómulo Adriani Mazzei, en Zea, estado Mérida, el 14 de junio de 1998. Fue el tercero de los hijos del matrimonio de inmigrantes italianos José Adriani y María Mazzei, nacidos ambos en la población de Poggia, Italia, y llegaron a Venezuela por el puerto de Maracaibo en 1992. En 1994 se trasladaron a Zea, cuya población se dedicaba a la agricultura, la cría de ganado y, en lo esencial, al cultivo del café.

En la escuela de su tierra natal, Zea, inició sus estudios, cursando los tres primeros grados. A partir de cuarto grado estudió en un instituto especialmente creado para los hijos de las familias pudientes del pueblo, el Santo Tomás de Aquino. Al margen, y como formación complementaria, recibió clases de idiomas, contabilidad, música y solfeo, telegrafía y catecismo. En el mismo colegio, estudio los primeros años del bachillerato, y luego, lo continuó en el liceo de la Universidad de los Andes Al culminar el bachillerato, se trasladó a Caracas, donde permaneció desde marzo de 1917 hasta fines de marzo de 1921. Allí estudió derecho en la Escuela de Ciencias Políticas de Caracas, ya que la Universidad Central de Venezuela estuvo clausurada por el Presidente Juan Vicente Gómez desde 1914 hasta 1922. Aunque cursó y aprobó buena parte de las asignaturas que se requerían para optar al grado de abogado, no llegó a graduarse en la Escuela de Ciencias Políticas, ya que a fines de marzo de 1921 viajó a los Estados Unidos como secretario de la delegación gubernamental, presidida por el titular de la Cancillería, Esteban Gil Borges, a la inauguración de la estatua de El Libertador, erigida en el Parque Central de Nueva York. Adriani trabajaba en ese despacho desde el año anterior (Szinetár, 1998).

En su obra escrita, recogida en Labor Venezolanista, Venezuela, la crisis y los cambios (1937, con otras cinco ediciones), está impreso lo medular de su pensamiento económico. Allí se lee que "Alberto Adriani conocía muchas de las características y circunstancias del proceso de producción petrolero venezolano.

El interés por la inclusión de Adriani en este estudio radica, más que por sus aportes en la consolidación de una política petrolera definida en los términos que se venían aplicando, en su interés por alertar sobre las perversiones que la macro abundancia del recurso petrolero podía traer para la población venezolana, y así lo deja plasmado en varios de sus escritos.

En Labor Venezolanista, en el capítulo II, La primera etapa de una política económica, El Dr. Adriani escribe:

"Es oportuno que estudiemos la mejor manera de aprovechar nuestra popularidad mundial, la prosperidad que podría ser pasajera, traída por el auge de nuestras industrias extractivas, a costa de la decadencia de nuestra agricultura, con el designio de edificar las bases de nuestra prosperidad permanente".

Y ya con la visión de un estadista, advierte:

"Para ello habremos de comenzar por encuadrar todos nuestros recursos materiales y humanos dentro de las líneas de un programa que responda a nuestras necesidades y a nuestros ideales nacionales. Es decir, debemos adoptar una política económica (…) Una política económica debe responder a la necesidad de resguardar los intereses colectivos, estimulando a la vez las energías privadas…" (Adriani; 1997, 6ª. edición, p. 103).

En carta al Dr. Vicente Lecuna, fechada en 1935, Adriani, refiriéndose a la baja que había sufrido el bolívar por decisión del gobierno nacional y a sus consecuencias inmediatas, le dice:

"Usted teme que con la baja del bolívar pierda el país y se beneficien las compañías petroleras, en particular, pues disminuirían las entradas de dinero, por el respecto del petróleo, dinero que financia en gran parte nuestro comercio de importación, y forma una buena proporción de nuestras entradas fiscales" (Ibídem: 334).

A continuación, con la intención de reafirmar su hipótesis referida a una política cambiaria que debe adoptar el Estado venezolano, y así sacar mejor provento al ingreso petrolero, continúa su misiva al Dr. Lecuna:

"Es posible que en un primer momento, haya una disminución de entradas por lo que respecta a los gastos de explotación, pues los salarios y otros servicios tardan algún tiempo en adecuarse al nuevo valor de la moneda. También puede esperarse una reducción en el rendimiento de ciertos impuestos, como el superficial que establecen el artículo 83 de la Ley de Minas y los artículos 34, 35 y 36 de la Ley de Hidrocarburos, y los de estampillas y papel sellado. Pero, si no estoy equivocado, el impuesto más importante es el de explotación, impuesto ad – valorem, cuyo rendimiento aumentaría en la misma proporción en que se redujera el contenido de oro de nuestra moneda, tratándose de productos cuyo valor se determina en el mercado mundial…" (Ibid: 333).

Adriani estaba muy claro en el significado del concepto de soberanía, y al respecto, así se lo deja saber en su correspondencia al Dr. Lecuna, cuando le expresa:

"No dispongo aquí de los elementos que me permitirían precisar mis ideas y darle el necesario acompañamiento de las cifras. Mi impresión es que, por este respecto del petróleo, él perdería mucho con la desvalorización del bolívar…. Pero, sin embargo, vamos a suponer lo peor. Demos por sentado que todos los impuestos sobre el petróleo sean específicos y que la baja del bolívar traiga necesariamente la reducción de todas las entradas provenientes del petróleo. En este caso, se haría imperativa la reforma de las leyes de Minas y de Hidrocarburos…".

Y en la comprensión de lo que significa el poder coercitivo del Estado y su absoluta discrecionalidad en cuanto a la facultad del poder soberano sobre el ejercicio de elaborar y hacer respetar sus leyes, sentencia:

"…Esto no es cosa fácil, pero no es de dudar que los juristas pueden encontrar la fórmula apropiada. Algunas compañías tienen contratos, que son un obstáculo en tal sentido, pero un Estado que se respete puede y debe establecer los impuestos que se hagan indispensables. El Estado, creo yo, puede hacerlo, sin dar lugar a objeciones substanciales. Todo es cuestión de forma" (Ibídem: 334-35).

Y para remarcar su pensamiento en torno a lo que para él significa la explotación petrolera en el país, afirma:

"El petróleo es un elemento importantísimo de nuestra economía nacional y, en particular, de nuestra economía fiscal, pero no tiene derecho, ni es conveniente dárselo, a la preponderancia absoluta sobre todos los demás elementos de nuestra organización económica…).

Y para darle mayor énfasis a su afirmación, como para que no queden dudas de su nacionalismo y de su posición principista en defensa de los valores intrínsecos de lo que significa la explotación de los recursos del agro venezolano, señala:

"En primer lugar, es innecesario decirlo, se trata de una riqueza que está en manos de extranjeros. Por otra parte se trata de una explotación destructiva (…) es decir, devastadora, según la expresión de algunos economistas alemanes. Mañana, cuando se agoten los yacimientos, las regiones petroleras volverán a convertirse en desiertos, y el petróleo dejará un vació enorme en nuestra organización económica. Para resumir, el petróleo es extranjero, y como factor de nuestra economía y como fuente de impuestos, es precario, perecedero, lo cual implica que, en lo posible debemos independizarnos de él" (Adriani: 335).

Adriani defiende con toda clase de argumentos racionales la necesidad de la desvalorización del bolívar y, en su opinión, manifiesta estar convencido de que el alto cambio de nuestro signo monetario es la causa que más ha contribuido a empeorar la situación de nuestra agricultura y de nuestra precaria industria, agravando hasta el extremo el desequilibrio económico del país. Y afirma, sin ambages, que se favorecería el desarrollo de la industria petrolera. (Adriani: 344-45. Carta al señor Rodolfo Auvert).

No deja de reconocer que la desvalorización del bolívar tiene su pasivo, y muy grande. Por ello aclara que hay ciertas categorías, como:

"…los rentistas, los asalariados, los empleados y, en general, todos los favorecidos con entradas fijas, que se perjudican en mayor o menor grado. Las entradas por el respecto de las compañías petroleras disminuyen, pero no, sin embargo, en la proporción que se cree (…) Las entradas correspondientes a los impuestos específicos, tales como el superficial, también se reducen. Aun cuando con el desarrollo de la industria petrolera aumenta la materia imponible, y puede preverse una compensación, el impuesto más rediticio es el de explotación, que es un instrumento ad – valorem, cuyo rendimiento aumentaría en la misma proporción en que se reduzca el valor de la moneda…" (Ibid: 345-46).

Fuente: Cesar Eulogio Prieto Oberto
Alberto Adriani y los ingresos petroleros (Venezuela) Alberto Adriani y los ingresos petroleros (Venezuela) Reviewed by Anónimo on 8/10/2016 Rating: 5

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