¿Y si los subsidios en combustibles fósiles se asignaran a otros temas? #Especial

Si al azar preguntáramos sobre los subsidios a distintas personas, probablemente tendríamos una variedad de respuestas y reacciones.  La palabra “Subsidio” tiene distintas significaciones según el país donde vivamos; en nuestra región, los subsidios son un tema controversial y sensible.

América Latina gasta anualmente entre 5 y 10% de su PIB en subsidios en general. Pero tan solo en 2013, en los casos específicos de Trinidad y Tobago, Ecuador, Venezuela y Bolivia, se gastaron más de 10% de su PIB en subsidios para combustibles y gas.

La temática de los subsidios en combustibles fósiles es clave en Latinoamerica y el Caribe (LAC), ya que  representan asignaciones importantes de recursos a la producción, transformación y consumo de un recurso natural contaminante con impactos poco concluyentes en materia de reducción de la pobreza. Los subsidios  también tienen efectos negativos de distorsión de los precios, lo que suele limitar la inversión en energías renovables, y eso sin contar en las externalidades en materia de salud.

Lamentablemente la sensibilidad política y social sobre la necesidad de reforma de estos recursos es alta, sin embargo en un contexto con precios del petróleo a un nivel muy bajo, valdría la pena volver a plantear la eficiencia de este instrumento.

Quisiera compartir con ustedes las conclusiones de la reciente lectura de una publicación sobre esta misma temática. Financiada por el Consejo Nórdico de Ministros y elaborada por la Iniciativa Global de Subsidios (GSI) y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD), la publicación resalta los siguientes datos:

Los subsidios al consumo de combustibles fósiles en el mundo se han cuantificado en US$ 550 mil millones al año, cuatro veces más que los subsidios dedicados a las energías renovables.

Con base en un modelo aplicado en 20 países, se pudo establecer que la implementación de reformas en materia de subsidios al consumo de combustibles fósiles, podrían reducir las emisiones de efecto invernadero a nivel nacional en un 11% entre 2015 y 2020.

También podrían reducirse en un 18% de asignarse un 30% de los fondos ahorrados para la promoción de energías renovables y eficiencia energética.

Es importante recalcar que el análisis reasignaría el 50% de los ahorros a programas de transferencias monetarias para las poblaciones más vulnerables, hasta el 2025.

Este estudio recalca que estas reformas conducirían a un ahorro promedio anual de cerca de 93 dólares por tonelada de emisiones de GEI eliminada.

El petróleo, para la mayoría de los países de nuestra región es caro, y su uso afecta el cambio climático debido a las consecuencias de la combustión de hidrocarburos (las emisiones de gases de efecto invernadero). Los subsidios distorsionan el precio real, afectando los hábitos de consumo de hasta los más “verdes” en la población. ¿Qué pasaría si sintiésemos la fluctuación de los precios en nuestro bolsillo? ¿Daríamos prioridad a otras fuentes de energía? ¿Cambiaríamos nuestros hábitos?

A continuación algunos ejemplos de los subsidios en Ecuador:







Fuente: JENNIFER DOHERTY-BIGARA/BID 

¿Y si los subsidios en combustibles fósiles se asignaran a otros temas? #Especial ¿Y si los subsidios en combustibles fósiles se asignaran a otros temas? #Especial Reviewed by Anónimo on 12/05/2015 Rating: 5

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