Mito sociopolítico impide concretar aumento del precio de la gasolina por @erikahidalgol

Analistas creen que el Ejecutivo no tendrá que enfrentar un estallido social si sube el combustible, aunque sí un considerable costo político que sería manejable

El Gobierno ha construido un mito en torno al tema del aumento de la gasolina . Durante 15 años lo convirtió en un componente incendiario, y construyó una relación muy simple entre explosión social e incremento de los combustibles”, sostiene el sociólogo Luis Pedro España, quien además considera que esa camisa de fuerza, basada en ideas simples, le está pintando un panorama complicado al Ejecutivo nacional para tomar la decisión.

Pero el carburante que más empleó el Gobierno para avivar su tesis, fue la del derecho de nacer en un país productor de petróleo . 

En estos años, pese a ser pública y notoria la necesidad de ajustar los valores de los combustibles, el Gobierno alimentó con más fervor la tesis de la ventaja natural aprovechada en la economía doméstica , señala España.

“Existe un componente socio cultural que supone que el valor de la gasolina tiene un impacto tan grande sobre toda la economía y su estructura de costos, que alarma. Pero algo mucho más importante que eso, es que tiene un rasgo emblemático para los venezolanos, si te aumentan la gasolina es que la cosa está muy mala, estás casi quebrado”, sostiene el sociólogo.

Entonces, “creaste un mito sociopolítico, y si usted toca esa variable, usted toca un indicador, de que esto es un desastre”.

Para España, el propio Gobierno demonizó el tema de la gasolina “y por eso ahora está metido en esa trampa armada durante muchísimos años, llevando a la gasolina a un precio ridículo. Tan ridículo que la propia empresa petrolera tiene que pagarle a las bombas de gasolina para que vendan la gasolina , en lugar de ser al revés”.

El economista Víctor Álvarez, sostiene que el Gobierno está atrapado en creencias limitantes que lo llevan a pensar que un eventual aumento de la gasolina sería el detonante de protestas populares. “Mientras siga preso de esas creencias va a continuar manteniendo un subsidio más bien antipopular, con tarifas groseras que no favorecen a los sectores que menos tienen”, opina.

De acuerdo con la tesis de Alvarez, el precio de la gasolina , es regresivo, toda vez que la subvención beneficia a los sectores de más recursos, que poseen vehículos, mientras que la mayoría del pueblo que no lo tiene se ve condenado a utilizar un sistema de transporte público.

¿Explosión social o no?

Más allá de las creencias gubernamentales, hay elementos concretos que hacen pensar a quienes debaten el tema, que no habrá una explosión social si se incrementa el valor de los combustibles, porque el Gobierno deberá muñequear mecanismos y maniobras que eviten cualquier uso de la medida para generar inconformidad.

Luis Pedro España considera, por ejemplo, que en efecto, no habrá una explosión social, pero estima que el Gobierno no se va a salvar del costo político de la decisión, que aunque estima será “chucuta y que tratará de minimizarlo lo más posible, continuará siendo un significativo y enorme subsidio, cuyo aumento será una secesión de aumentos ridículos, que cada trimestre o semestre igualmente podrán ser aprovechados por la oposición o el país, para evidenciar lo mal que estamos”, comentó el analista.

El fantasma que el fallecido expresidente Hugo Chávez viera del Caracazo del 27 de febrero de 1989, para el sociólogo España fue un error, porque el origen de ese episodio tuvo un conjunto de variables que no están presentes hoy y que no se repetirán, entre ellas la duplicación del pasaje del transporte colectivo, y otra serie de indicadores.

España recuerda que todo el aumento aplicado al combustible tras las medidas implementadas por Carlos Andrés Pérez, se trasladó casi en su totalidad al sector de transporte público, “la pieza más sensible a escala social. Ciertamente allí iba a haber zaperoco”. 

Sin embargo, pese a las precarias condiciones económicas que pasaba la población, durante la administración de Rafael Caldera II, se dio el último aumento al combustible en 1996, que se ha mantenido inamovible durante 18 años. La gasolina de 91 octavos continua a Bs.0,070 el litro, la de 95 octanos a Bs.0,097 el litro, mientras que el diesel tiene un importe de Bs.0,048 por litro.

Ahora bien, tras el refrescamiento histórico, España considera que “cualquiera que sea el alza que experimente la gasolina , si no va subsidiado el transporte público, error que creo no cometerán, será inviable”.

El economista Víctor Álvarez, tiene la tesis de que “tras medidas, aparentemente antipopulares, subyace la posibilidad de tomar decisiones que tendrían un impacto muy positivo sobre los sectores que viven de un ingreso fijo, como los sectores populares y los estratos que han sido golpeados por las situaciones difíciles”, comenta.

“Si se sincera el precio de la gasolina de tal manera que puedan cubrirse los costos de producción y el excedente se destina totalmente a financiar la ampliación y modernización de la flota de transporte público en todo el país, esa medida que es antipopular termina siendo una medida totalmente popular, que sería aplaudida y bien recibida por esos amplios sectores que hasta ahora para nada se han beneficiado de tan enorme subsidio”, destaca Alvarez.

Cuestión de oportunidad

Pese a los fantasmas del pasado y a los temores alimentados, el Gobierno sabe desde hace un buen rato que el aumento de la gasolina está resultando impostergable.

El propio Hugo Chávez, en 2009 se quejó públicamente de su precio, y señaló que “era mejor regalarla”. El ministro de Planificación, Jorge Giordani, hizo lo propio el año pasado.

Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela ( Pdvsa ), también ha mostrado preocupación. Él mejor que nadie conoce los números que cada año se desdibujan en las cuentas de Pdvsa .

A principios del año pasado, Ramírez, aseguró que el subsidio no revestía problemas mayores para la estatal, más allá del mal uso de la gasolina por parte de la población, cuyo tema debía ser debatido a escala social.

Pero para diciembre de 2013 reconoció a periodistas que la actual subvención significaba pérdidas por 12.592 millones de dólares al año, si se toma en cuenta que el costo de producción de la gasolina de mayor octanaje, según informó el propio titular de Pdvsa en torno a Bs.2,7 por litro.

El analista petrolero, Juan Luis Martínez, estima que, pese a las señales que el Gobierno ha enviado en torno a un posible incremento en el importe de los combustibles, luce complicado que para este año se concrete, pese a tratarse de un año sin procesos electorales.

A decir del analista “la administración del presidente, Nicolás Maduro, tiene una serie de frentes abiertos desde el punto de vista inflacionario y de escasez, que podrían agravarse con el recorte del subsidio”.

Según él, la medida añadiría un problema más a la cadena de suministros de alimentos y bienes, toda vez que en Venezuela la distribución de mueve a través de gasolina y gasoil automotor.

Otra de las consideraciones que expone Martínez, es que gracias al ajuste cambiario Pdvsa logra una bombona de oxígeno que le permite mejorar su flujo de caja , y seguir operando, aunque precariamente, sin necesidad de tocar la gasolina .

Esta nueva realidad coloca el valor de los combustibles en el mercado interno casi en cero bolívares, mientras que los costos de oportunidad en el mercado internacional crecen exponencialmente, comenta el especialista,

De acuerdo con cálculos de Martínez, basados en una tasa del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad1) en torno a 12 bolívares por dólar , “en este momento el costo de oportunidad que está sacrificando el Estado al vender los combustibles líquidos, incluyendo gasolina , GLP (Gas licuado de Petróleo ), gasoil y fueloil, está en el orden de los 24.000 millones de dólares, de los cuales unos 14.000 millones de dólares se sacrifican por gasolina ”.

Lo asombroso para el analista es que, si se habla en términos del Producto Interno Bruto se puede señalar que ese costo de oportunidad perdido por Pdvsa de 24.000 millones de dólares equivale a 7 u 8 puntos del PIB.

Los consultados coinciden en que la población está consciente de que la gasolina tiene precios irreales.

El sociólogo, Luis Pedro España, cree de hecho, que actualmente se habla con más fuerza de la disminución del subsidio a los combustibles, porque los estudios de opinión, que son elementos fundamentales para tomar cualquier tipo de decisión, están mostrando una población que reconoce que el valor de la gasolina es una “ridiculez”, y que debería ser aumentada.

El especialista social no cree que la consulta popular sea una buena idea. Para él, se trata de un elemento meramente discursivo que emplea el Gobierno, porque una vez más estaría presente de por medio la variable sociopolítica. “Consultar entonces si subimos o no la gasolina es una pregunta absurda, porque la respuesta de la población sería, si o no dependiendo del precio”.

Pero para el economista Víctor Alvarez, la consulta o referéndum podría ser un elemento para despejar las dudas del Ejecutivo, que se haya entrampado. Alvarez estima que es perfectamente posible que se invoque el artículo 71 de la Constitución Nacional, donde se contempla que debates de carácter social y de interés colectivos sean dirimidos a través de un referéndum consultivo. 

“Y si se da un debate educativo y formativo, no tengo duda de que la mayoría terminará exigiendo la sinceración de las tarifas y exigiendo un mejor transporte”, señaló Alvarez.

Por: Erika Hidalgo López.

En www.elmundo.com.ve

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